dijous, 17 de juliol del 2025

¿Se puede aumentar la felicidad nacional?

 

 

¿Se puede aumentar la felicidad nacional?

A riesgo de convertirme en el Tío Matt de Los Fraggles, vengo de nuevo a hablarles de otro artículo que escuché presentar en una conferencia a la que asistí recientemente. En este caso se trataba de una nueva edición del London Behavioural and Experimental Economics Workshop (LBEE), que reúne a la comunidad académica londinense que trabaja en experimentos, tanto de laboratorio como de campo, y en economía del comportamiento. El primer ponente fue Alberto Prati, de UCL, quien presentó un trabajo conjunto con Claudia Senik que lleva el título de esta entrada. Pocas preguntas tan fundamentales como esta. Y es que no debemos perder de vista que aumentar el bienestar nacional es el objetivo de cualquier política económica. Pero para poder alcanzarlo, antes debemos resolver otras preguntas igual de importantes: ¿Qué significa que una sociedad progrese? ¿Es suficiente con fijarnos en el PIB?

Aunque el PIB sea el indicador estrella y la vara de medir el éxito o el fracaso económico de los países, nadie, ni siquiera los economistas, estamos del todo contento con él. Javier Ferri nos hizo un muy buen resumen del tema aquí mismo. Para empezar, comparar los niveles de renta per cápita entre países es un ejercicio muy complicado. Para muchos, el problema es más fundamental, porque sostienen que el PIB no mide el bienestar real de las personas. Es por eso por lo que la idea de sustituir el PIB por indicadores más vinculados a la calidad de vida o la felicidad ha venido cobrando fuerza desde hace unos años. Pero tan pronto como se acepta esta idea, surgen nuevos problemas: la felicidad es una magnitud mucho menos tangible, más esquiva y vulnerable a los sesgos que la renta. ¿Cómo medir algo tan poco concreto como la satisfacción con la vida? ¿Cómo saber si una respuesta a una encuesta sobre felicidad refleja un sentimiento duradero o una emoción pasajera? ¿Hasta qué punto se puede comparar la felicidad de una persona con la que esa misma persona declaraba hace diez años?

Fue precisamente en el intento de dar respuesta a estas preguntas donde surgió uno de los debates más importantes en la economía del bienestar: la paradoja de Easterlin. Ese es el punto de partida del artículo de Prati y Senik. En 1974, Richard Easterlin (que, por cierto, falleció hace poco) publicó un estudio que mostraba que los países ricos no declaraban ser más felices que los pobres. De aquel estudio nacieron dos interpretaciones: la versión fuerte de la paradoja sostenía que más ingreso no trae más bienestar; la versión más suave sugería que, a partir de un cierto umbral (aproximadamente 100.000 dólares anuales), la relación se hace débil, casi plana. Esta paradoja reflejaría una condición muy humana, la “adaptación hedónica”: a medida que nuestras circunstancias mejoran, también lo hacen nuestras expectativas. Y cuando sube el listón de lo que consideramos una “vida buena”, cualquier ganancia en queda neutralizada. De ser cierto, jamás podremos aumentar la felicidad nacional.

Es verdad que las medias longitudinales de satisfacción apenas se mueven pese a décadas de progreso del PIB. Pero que esto implique una paradoja es harina de otro costal. De hecho, ha alimentado un debate que aún hoy polariza a economistas y psicólogos. Por ejemplo, autores como Angus Deaton han mostrado que, utilizando datos transversales, la correlación entre renta y felicidad es alta y positiva. Además, en esas comparaciones globales no se observa ningún “aplanamiento” en los niveles de felicidad de los países más ricos.

Pero ¿y si la paradoja de Easterlin fuera simplemente un problema de medición? Aquí es donde la propuesta de Prati y Senik aporta una idea provocadora. Su argumento es que cuando preguntamos por la felicidad, usamos escalas que se deforman con el tiempo. La puntuación de 7 en la escala de hoy no significa lo mismo que un 7 hace tres décadas, igual que cien euros hoy no compran lo mismo que en 1990. Si no corregimos esa “inflación de expectativas”, acabamos comparando números que no tienen la misma unidad de medida. Para resolver este problema, los autores desarrollan un método que recuerda a la contabilidad nacional: proponen deflactar la felicidad del mismo modo que deflactamos el PIB. Esto significa escoger un año base y recalibrar todas las respuestas para expresar la satisfacción en unidades constantes, eliminando el efecto del desplazamiento de la escala. Su técnica se basa en aprovechar la diferencia entre la felicidad actual y la retrospectiva: preguntando a las personas cómo recuerdan su nivel de satisfacción pasado, se puede estimar cuánto ha cambiado la referencia con la que evalúan su vida. Esa diferencia funciona como un deflactor que permite reconstruir la evolución de la “felicidad real”, descontando la inflación de expectativas. El procedimiento no es trivial y requiere supuestos fuertes sobre si la escala se desplaza, se estira o ambas cosas a la vez. Pero conceptualmente es una contribución de calado: si el PIB real mide el poder adquisitivo de una economía, la “felicidad deflactada” busca medir el bienestar auténtico, eliminando la adaptación hedónica y de la reescritura de la memoria.

No quiero aburrirles demasiado, pero esta idea conecta con muchas reflexiones filosóficas sobre la naturaleza de la felicidad. Por ejemplo, Kierkegaard advertía que “la vida solo se comprende mirando hacia atrás, pero se debe vivir hacia adelante”. Por tanto, la felicidad no estaría en el momento presente, sino que adquiriría relieve emocional solo al evocarla. Francisco Umbral escribió en Mortal y Rosa que la memoria es el único espacio de felicidad real: “Todo instante de felicidad no es sino la confirmación de que tenemos un pasado. Solo la memoria goza.” Y sin tener que irse tan lejos de la economía, Daniel Kahneman diferenciaba entre la felicidad que se experimenta y la que se recuerda, que en su opinión es la que priorizamos en nuestras decisiones. La propuesta de Prati y Senik va en esta línea: la memoria no solo es selectiva, también es reescaladora. Sin una corrección adecuada, nuestras series históricas de bienestar reflejan más el cambio de expectativas que el progreso real.

En su aplicación empírica, los autores reconstruyen series largas de felicidad para Estados Unidos, empezando por los primeros datos recogidos en 1959. Una vez deflactadas, las cifras muestran un patrón muy distinto al aparente estancamiento. Según su índice, la felicidad “real” de los estadounidenses ha crecido de forma sustancial y de manera paralela a indicadores objetivos como el PIB per cápita o el índice de desarrollo humano. En otras palabras, la paradoja de Easterlin se atenúa mucho cuando se corrigen los cambios de escala. Esto sugeriría que sí, es posible aumentar la felicidad nacional a largo plazo, y que parte de nuestra percepción de estancamiento es un espejismo estadístico.

Nada de esto exime a la felicidad de ser un concepto escurridizo, condicionado por la cultura y las comparaciones sociales. Además, no todos los países disponen de datos retrospectivos que permiten estimar con precisión el deflactor. Pero la propuesta de Prati y Senik nos recuerda que, si queremos tomarnos en serio el bienestar como objetivo político, debemos medirlo con la misma exigencia con la que medimos otras magnitudes económicas. Si no, corremos el riesgo de subestimar décadas de progreso colectivo.

En una época en la que el PIB se discute y se critica con razón, resulta irónico que la paradoja de Easterlin, ubicada en el centro de esas dudas, pudiera estar debida a un problema de medición muy similar al que tanto se le reprocha al PIB. Y tal vez haya algo de justicia poética en que sea precisamente la economía, tan denostada por cuantificarlo todo, la que pueda corregir las cifras que ayuden a que la vida de las personas mejore.

Santiago Sanchez-Pages es profesor de economía en el King's College London. Doctor por la Universitat Autónoma de Barcelona, sus áreas de investigación son muy variadas: desde la economía política y la economía del conflicto a la economía experimental y la economía de género.

dimarts, 17 de juny del 2025

Entrevista a Jordi Mora Riera, president de l’Associació Catalana per al Foment de l’Economia del Bé Comú

 

Entrevista a Jordi Mora Riera, president de l’Associació Catalana per al Foment de l’Economia del Bé Comú

l’Associació Catalana per al Foment de l’Economia del Bé Comú

La vostra organització es va sumar al Manifest per una Economia amb Propòsit. Per què les empreses haurien d’avançar cap a un major compromís?

Jordi Mora Riera EBCL’èxit de les empreses no es pot seguir mesurant només per mitjà de la seva capacitat de generar beneficis i competitivitat, sinó que s’ha d’avaluar també per la seva utilitat social i ambiental. En cas contrari, la recerca permanent del benefici i la competitivitat ens conduirà a una societat més insatisfeta amb les necessitats bàsiques, a la destrucció ecològica i a la decadència dels valors.

L’avanç cap a un major compromís ens adreçarà a una societat més saludable, que es construeix sobre una cooperació sistemàtica. Un model econòmic que no ha de tenir altre sentit que cercar el bé comú i no deixar a ningú enrere.

Considerem el compromís de les empreses com el seu punt de partida per a una actuació responsable en un entorn complex i ple de reptes. D’aquest compromís sortirà la innovació amb valors que impulsem des de l’Associació Catalana per al Foment de l’Economia del Bé Comú.

Quina evolució observeu en el vostre entorn empresarial?

Crec que tenim un sector empresarial saludable, força conscient dels impactes ambientals i socials que generen i de la rellevància que comporta actuar enfront aquesta emergència global. Així ho recull l’informe Trust Barometer 2025 de Edelman, el qual conclou que, tot i el clima generalitzat de descontentament actual de la societat, les empreses continuen essent les úniques capaces de recollir la confiança dels ciutadans.

Estic convençut que les empreses seguiran remant en la mesura de les seves possibilitats durant l’any 2025. Tant pel propòsit amb el qual treballen, com per l’efecte reputacional i el factor talent, ja que les persones tindran tendència a voler treballar en empreses compromeses. Les empreses cerquen talent i el talent cerca compromís. D’acord amb l’International Business Report (IBR), elaborat per la consultora Grant Thornton, el 62% de l’empresariat català assegura que invertirà en matèria de sostenibilitat l’any 2025 una xifra superior a la mitjana espanyola (54%), l’europea (52%) i la global (58%).

Les empreses, i en especial les PIMES, senfronten, però, a reptes globals que només es podran assolir si s’aborden de manera col·lectiva, mitjançant una necessària col·laboració público-privada.

  1. La descarbonització. El pas a una energia neta porta associat un important increment dels costos de producció, cada vegada més imprevisibles i complexos. Caldrà major conscienciació i complicitat de la societat, assumint un major preu per quelcom més sostenible.
  2. La digitalització, que facilitarà el camí envers la descarbonització. Aquesta digitalització i la formació adequada serà possible amb una implicació de dalt a baix, amb un major protagonisme dels governs i de les grans empreses.
  3. Increment dels requisits normatius: com la Directiva sobre Informes de Sostenibilitat Corporativa (DISC), la Taxonomia Europea o les directives sobre economia circular.

Cal recordar que vora el 90% de les empreses catalanes està compost per PIMES, les quals treballen amb recursos escassos i amb poca agilitat per afrontar canvis. Viuen amb major incertesa i angoixa aquest pas envers una economia més neutra i cal posar-los les coses fàcils. Necessitem Administracions públiques que apliquin polítiques valentes, fàcils i àgils. Mitjançant, per exemple, una fiscalitat ambiental positiva, aplicant bonificacions fiscals per a aquelles empreses que ho fan bé.

Com abordeu el foment d’un major sentit de propòsit en el món empresarial?

El model de l’Economia del Bé Comú disposa d’eines que permeten a les empreses avaluar-se i fer plans de millora respecte de valors fonamentals com la dignitat humana, la solidaritat, la justícia social, el respecte pel medi ambient i la transparència i democràcia. Mitjançant el Balanç del Bé Comú, acompanyem les empreses analitzant la seva manera d’actuar amb els seus grups d’interès respecte d’aquests valors fonamentals. Una manera d’ajudar-les envers un major propòsit en la seva activitat. La nova versió del Balanç del Bé Comú, d’aplicació a partir de 2025, ve encapçalada per la declaració de propòsit.

INNOVALORS 2024_Caixa Forum EBCAmb la voluntat de contribuir a una indústria catalana sostenible, l’any 2023 vàrem encetar el projecte INNOVALORS. Hem desenvolupat fins ara un total de 3 jornades que han posat a debat aspectes com la rellevància de la innovació per a la sostenibilitat en la indústria, la visió del mercat respecte dels productes sostenibles i els sistemes de reporting d’impacte.

Sota el lema Nous valors socials: reptes i propostes per al bé comú”, les jornades INNOVALORS 2025 seran un espai de reflexió i debat sobre els valors que defineixen la nostra societat en un context de grans transformacions com ara la intel·ligència artificial.

Treballem per generar propostes concretes que promoguin el bé comú i un futur més sostenible.

 

dilluns, 24 de febrer del 2025

La economía del bien común: ¿Qué ha sido de la búsqueda del bien común? ¿En qué medida la economía puede contribuir a su realización?

 

La economía del bien común: ¿Qué ha sido de la búsqueda del bien común? ¿En qué medida la economía puede contribuir a su realización? 

En este brillante ensayo, Jean Tirole, uno de los economistas más influyentes del mundo, nos facilita el acceso a las teorías económicas que le valieron el Premio Nobel.

Cuando Tirole ganó en 2014 el Premio Nobel de Economía, pasó a verse detenido en la calle por perfectos desconocidos que le pedían que comentara las cuestiones del día. Su paso de ser un economista académico a un intelectual público lo llevó a reflexionar sobre el papel que desempeña el economista en la sociedad. Así surgió Economía del bien común, un apasionado manifiesto a favor de un mundo en el que la economía, lejos de considerarse una «ciencia lúgubre», se vea como una fuerza positiva a favor del bien común.

El lector penetra en el laboratorio de uno de los economistas más influyentes del mundo, que responde a todas las preguntas que nos planteamos hoy sobre el estado de la economía: universo digital, empleo, cambio climático, Europa, papel del Estado, etcétera, con el fin de ofrecernos soluciones de futuro. Accesible e instructivo sin resultar aleccionador, este ensayo revela el afán comunicativo de un hombre que aspira a conciliarnos bajo el signo de la inteligencia.

Reseñas:

«En su primer libro dirigido al gran público, Tirole se ha propuesto restablecer la paz en todos los frentes del debate económico. Los afronta con valentía, paciencia e infinito afán pedagógico.»

Antoine Reverchon, 
Le Monde

«Tirole es una rara excepción, un premio Nobel que siente el compromiso social de hablar de manera clara y responsable sobre los temas en la mente de los no economistas Un libro extraordinario, de lectura obligada para políticos, pero también para cualquier persona que quiera entender la economía de hoy.»

Olivier Blanchard, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional

«Estupendamente escrito y profundamente revelador, este libro ofrece sorprendentes y elocuentes paradojas sobre el comportamiento económico.»

Harold James, Universidad de Princeton

«Un libro fascinante. Su credo: la economía es ante todo un medio para alcanzar un mundo mejor.»

Julien Damon, Les Échos

«Un libro edificante que desentraña todas las grandes cuestiones de la economía contemporánea. Instructivo y honesto.»
Challenges

«¿Qué destacar de este libro? Su afán de justicia, de igualdad, frases con mucha fuerza, repletas de sentido común. Jean Tirole es un hombre pragmático que observa y anticipa ideas renovadoras.»
Le Figaro

dimarts, 18 de febrer del 2025

El Instituto de Auditores Internos de España presenta la guía para el control interno de la información sobre sostenibilidad

 

El Instituto de Auditores Internos de España presenta la guía para el control interno de la información sobre sostenibilidad 

 

El Instituto de Auditores Internos de España presenta la primera guía para el control interno de la información sobre sostenibilidad para las empresas

El Instituto de Auditores Internos de España ha presentado la primera guía para que las empresas puedan reforzar el control de la información sobre sostenibilidad y cumplir con los requisitos impuestos por las regulaciones europeas, entre ellas, la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD1), los Estándares Europeos de Información de Sostenibilidad (NEIS o ESRS2) y la normativa local que los trasponga.

El documento surge para proporcionar a las empresas un marco práctico que asegure la calidad, la trazabilidad y la fiabilidad de la información que reportan en materia de sostenibilidad y que proporcione confianza a los órganos de administración y a sus grupos de interés, se destaca desde la IAI. Su publicación representa, señalan los auditores internos, un hito en el ámbito empresarial y regulador, ofreciendo un recurso clave para que las organizaciones enfrenten los desafíos de la sostenibilidad y cumplan con los estándares más exigentes en transparencia.

Credibilidad

Sonsoles Rubio, presidenta del Instituto de Auditores Internos de España, recalcó durante la presentación del documento, que “la confianza es un elemento indispensable para crear entornos estables en el ámbito empresarial y en la sociedad en general. Esta guía es otra aportación más de nuestra institución para fomentar la confianza en la información que se emite al mercado, un pilar esencial para la credibilidad y estabilidad de nuestras empresas”.

Asimismo, y en relación con el objetivo de la guía, la presidenta del IAI subrayó que “con esta guía nuestro objetivo es ayudar a las empresas que, día a día, se enfrentan a una ingente cantidad de normas a cumplir”, al tiempo que lamentó que “esta situación las está obligando a invertir enormes esfuerzos en tiempo y recursos, primero para comprender y después para aplicar estas normativas a sus procesos internos. Esto está provocando que se desvíen a estas tareas recursos valiosos que podrían destinarse a competir en igualdad de condiciones con el resto del mundo en innovación y crecimiento”.

El documento –«Sistema de Control Interno de la Información sobre Sostenibilidad – SCIIS»– surge para proporcionar a las empresas un marco práctico que asegure la calidad, la trazabilidad y la fiabilidad de la información que reportan en materia de sostenibilidad y que proporcione confianza a los órganos de administración y a sus grupos de interés. 

Su publicación representa un hito en el ámbito empresarial y regulador, ofreciendo un recurso clave para que las organizaciones enfrenten los desafíos de la sostenibilidad y cumplan con los estándares más exigentes en transparencia.

Para Sonsoles Rubio, presidenta del Instituto de Auditores Internos de España, “la confianza es un elemento indispensable para crear entornos estables en el ámbito empresarial y en la sociedad en general. Esta guía es otra aportación más de nuestra institución para fomentar la confianza en la información que se emite al mercado, un pilar esencial para la credibilidad y estabilidad de nuestras empresas”.

28 EXPERTOS

Además, en relación con el objetivo de la guía, Sonsoles Rubio ha señalado, “con esta Guía, nuestro objetivo es ayudar a las empresas que, día a día, se enfrentan a una ingente cantidad de normas a cumplir. Esta situación las está obligando a invertir enormes esfuerzos en tiempo y recursos, primero para comprender y después para aplicar estas normativas a sus procesos internos. Esto está provocando que se desvíen a estas tareas, recursos valiosos que podrían destinarse a competir en igualdad de condiciones con el resto del mundo en innovación y crecimiento”.

Para la elaboración de la guía, el Instituto de Auditores Internos ha reunido a un grupo de 28 expertos de distintos sectores y ámbitos profesionales: directores de Auditoría Interna; directores de Sostenibilidad; directores de Riesgos; profesionales de la Auditoría Interna y auditores y verificadores externos; expertos en control interno y reporte, así como consejeros independientes y profesionales del organismo supervisor. 

Entre las entidades e instituciones participantes se encuentran Aleática, Antolín, CaixaBank, CNMV, Deloitte, EY, Iberdrola, Inditex, Indra, KPMG, PWC o Telefónica.

Aludiendo a la composición del grupo de trabajo, la presidenta del Instituto de Auditores Internos ha remarcado que “este documento es la prueba irrefutable de que la verdadera fortaleza de una sociedad radica en su capacidad de unir esfuerzos e intereses diversos. Esta unión no es solo deseable, es imprescindible para construir una sociedad más fuerte, justa y próspera para todos”

El Instituto de Auditores Internos de España presenta la primera guía para el control interno de la información sobre sostenibilidad para las empresas - Confilegal

Guía para reportar información fiable sobre sostenibilidad corporativa | Empresas | Cinco Días 

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